Quisiera abrir la eternidad que espera
y penetrar las órbitas inciertas,
quisiera sembrar luz sobre tinieblas
y en silencio escuchar tu Voz de estrellas.
Quisiera olvidar que la muerte impera
y soñar como un pájaro de seda,
quisiera amar por todas mis fronteras
confundida ilusión con las ajenas.
Quisiera compartir la primavera
y comprender al ciego que condena,
quisiera conservar entre la piedra
el frescor juvenil de la pradera.
Quisiera derramar con mano abierta
simple verdad a quien mentiras venda,
quisiera perdonar aunque me hieran
y olvidar el honor cuando me ofendan.
Quisiera ser aunque imposible fuera
eco fiel de tu Voluntad primera,
y quisiera, aunque infierno no existiera,
creer, no esperar que cuanto quiero sea.